Acompáñame en mi silencio

miércoles, 7 de enero de 2015

No me apetece hablar de él.

...Hay gente que viene fría de fábrica y nunca encuentra a nadie que les ablande por dentro. Hay gente que se ha colocado esta coraza para protegerse de lo que pueda venir, que más vale malo conocido que bueno por conocer, y una vez acostumbrados a la soledad, no parece tan mala compañera. Hay gente que tiene tanto miedo que ni siquiera se da cuenta de que las decisiones las toman sus fantasmas en lugar ellos. Hay gente que es así porque “les sale” y hay otros que constantemente se obligan a reforzar estas barreras que nada tienen que ver con su verdadero yo.
Creo que en muchos casos esta incapacidad a la hora de verbalizar el amor no es por frialdad, sino por todo lo contrario. Que alguien que realmente tiene un concepto muy elevado de lo que es el amor, y el compromiso que conlleva, no quiere precipitarse. Y no hablo solo de abrirse y exponerse ante otro, del miedo al rechazo, es sobre todo que si realmente le das a esas palabras la importancia que tienen, cuando le dices a alguien “te quiero” estás diciendo mucho más. Le estás diciendo que le aceptas como es, que vas a estar ahí cuando lo necesite y que no puedes imaginarte una vida en la que nunca os hubierais conocido, le estás haciendo una promesa y no quieres traicionarle. Y al final nos encontramos con que estamos tan intoxicados de te quieros vacíos que a veces cuando nos llega uno de verdad no tenemos ni idea de qué hacer con ello.