Abrimos, normalmente con un poco de melancolía extraña en la que nos solemos ahogar de recuerdos amargos. Nos asomamos a la dirección inadecuada de los recuerdos sueltos y aleatorios. Ahora entiendo que hay que dar un portazo a los recuerdos, uno de esos que hace que todo tiemble...
Ayer, fue una sensación extraña de ver como he compartido sueños, motivos por los que levantarme, y es que tengo un contrato indefinido con las personas que viven por mi, ese contrato se le llama vida.
Nunca he conocido realmente o acercado a alguien que no me haya aportado nada como persona, pero ahora entiendo que la persona que más me aporta soy yo misma y soy la única que puedo hacerme feliz cada momento.
Aunque suene un tópico decirlo...
Si hay gente que quiere entrar en tu vida, que entre. Si hay gente que quiere salir de ella, que salga. Pero que no se queden en la puerta, porque molestan a los que quieren entrar.