El silencio es la anestesia que he tenido durante todo este tiempo. Pasó, y vaya que si pasó, me descuidé y volvió a pasar... Yo dije NO y me contestó ¿No me quieres?. La respuesta debería ser otra pregunta ¿Me quieres tu a mi?
En cualquier momento del trayecto se puede parar. Me forzaste y lo recuerdo en cada situación similar, y después de ti vinieron muchos otros, que me recordaban las mismas pretensiones. Nunca llegué a estar cachonda del todo, y lo peor, es que tu lo sabías, que tu lo notabas... Te dije NO, me quitaste el amor. Te dije ¿Es lo único que quieres de mi? Y me castigaste con un silencio que aun me atormenta.
Me hiciste polvo, no me echaste un polvo.
Por muchas situaciones que merecen mi más sincero feminismo, porque nadie vuelva a sufrir aquellas perturbaciones.