Acompáñame en mi silencio

sábado, 9 de enero de 2016

Enfermedad de la tristeza

Una vez al año no hace daño, enfrentarse a los problemas, tirar la casa por la venta, dejar que la pinza se vaya, y tener un poco de locura en este cuerdo y estructurado mundo.

Antes era una vez al mes, pero desde hace poco todos los días durante un rato, la tristeza me puede, llama a la puerta y me abraza. Es como una amiga que siempre va contigo, como la hermana que nunca he tenido... Ella me comprende muy bien, se hace notar en todos los momentos importantes, hace que nunca me llegue a sentir totalmente completa.

Todos los días durante un ratito, me siento a recapitular como me ha ganado la batalla, y en que momentos todo se empezó a emborronar. Todos los días está dentro de mi esperando a que todo llegue a su fin, expectante, impaciente incluso...

A veces le sonrío, para indicarle que me burlo de ella. Estoy de esa sensibilidad que hace que te deshagas por dentro, estos días me impide que me enfrente al mundo, no quiero luchar contra el mundo y ni por el. Y otras muchas veces me siento culpable de pensar así.

Siento que no pertenezco a ningún lugar real, que el mundo de sensaciones me ha traspasado varias veces, quiero poder dejar de sentir durante un momento, aunque sea mientras duermo. Quiero dormir para siempre y no despertar jamás. Caer en el mundo de lo sueños, y quedarme quieta en ese lugar.