Acompáñame en mi silencio

domingo, 11 de agosto de 2013

Nos desesperamos por nuestros sueños.

Joder, que me tenga que dar cuenta de esta manera, mira que me jode y no es por joder. Llevo como una vida entera pensando en mi, en mi y también en mi (quién mejor que yo para eso), me acabo de dar cuenta que vivo en una espiral de egoísmo extraño que no ayuda a nadie, (ni a mi), incluso cuando ayudo a alguien hablo de mi, cuando me cuentan su experiencia me quedo con ganas de contar la mía... Estoy intentando aprender.

A veces las preguntas mas estúpidas banales y ridículas, pueden ayudarnos, puede incluso rescatarnos, no se trata de hacer preguntas por satisfacer nuestras curiosidad y mantener nuestros cotilleos a la orden del día. Se trata de preguntar un ¿Qué tal? a tiempo, en su momento, o ¿Quieres/necesitas hablarlo? ¿Compartimos el silencio? ¿Cómo lo ves tu? ¿Cómo te sientes?
También hay un montón de frases prefabricadas que caspean como...
Si puedo hacer algo por ti. Te entiendo. Estoy de tu parte.

Pero hay veces que todo esto es necesario, esta reflexión, es necesaria en nuestras vidas, para ver que somos una parte y no el todo.