Acompáñame en mi silencio

miércoles, 22 de mayo de 2013

La peor prioridad de mis mejores opciones.



 [...] Y en este indecoroso planeta algunxs  tenemos la facultad que más jode, esa es pensar. Solemos pensar decisiones que tenemos que tomar, cosa que nos agobia profundamente, y en ocasiones nos fulmina porque el peso recae enteramente en vos. Y luego está la aceptación (que sobre eso escribiré en otra ocasión).
Sin darnos cuenta que la vida está compuesta y simplificada en: prioridad/opción.  Tenemos opciones y priorizamos en las que nos conviene en función de nuestros deseos, necesidades o porque no, también circunstancias (aunque sobre esto último también escribiré en otra ocasión). 

Elegimos las prioridades, por encima de todo y de todxs. 

   Mientras tanto el resto de mortales tiene que  convertirse en opciones, -conformarse con eso no es tarea sencilla, pero aun así tienen que hacerlo, porque en esta ocasión no hay opción que valga- Pero llega el momento de experimentación de ser tratadx como opción, ese día, la cosa cambia, tu forma de ver a las opciones te hace más humanx, más humilde, modestx…y es ahí donde radica todo este dilema.  
   Elegimos quién es prioritario para nosotrxs mismxs, y en ocasiones nos damos el lujo de ser fieles a esa decisión.