... 'Cielo, escúchame; cuando estás hecho ruinas por dentro, más te vale ser un edificio hermoso por fuera.' Me dijo eso y yo no entendí nada. Me recogí el pelo de los hombros quemados.
Después, agaché la cabeza para mirar a casa. Y le besé las sienes como quien dispara un arma y luego la abandona. Con el orgullo del asesino que ama saberse culpable. Entonces salí a correr. Corriendo.
A esta parte la llamaré 'El fondo de qué.'
Me dolía algo y no sabía cuál de todos los recuerdos era. Reciclé el instinto de supervivencia y lo vestí de blanco.
La vida se había convertido en un papel arrugado. Tan lleno de intentos de algo, tirados contra la pared.
El amor y el sexo eran aquellos que se amaron tanto, que ahora se dolían juntos. Y la tristeza se definía como una suma de estupefacientes, que juntos restaban días.
Y yo circulaba con las rodillas sangrando; esta carretera emocional plagada de esquinas. Con toda la seguridad que proporciona, saber que saldremos muertos de esta. ...