Acompáñame en mi silencio

sábado, 30 de enero de 2021

Nueva adoptación y adaptación, de texto sobre mi proceso.

 Hermana, mi trastorno va cambiando de forma. Un día es tan pequeña como una hormiga en la palma de un oso. Al siguiente, es el eso. En estos días, me hago la muerta hasta que el oso me deja tranquila. 

Llamo a los días malos <<días raros>>

Mi hermana me dice: “prueba a normalizarlos”. Cuando normalizar este mundo, normalizo las guerras, la violencia, los maltratos… me traen recuerdos antiguos intentar normalizar. En ese momento me doy cuenta que todas las personas que conozco un día van a morir. Es normal la muerte.

Además, hermana, no tengo miedo a ser normal. Quizás eso sea parte del problema.

Mi hermana me dice: << pensaba que el problema es que no podías salir de la cama>>. No puedo. La ansiedad me tiene como rehén dentro de mi casa, dentro de mi cabeza.

Mi hermana me dice: <<De dónde viene la ansiedad?>> La ansiedad es el primo que viene a visitarnos y obliga a la depresión a invitarla a la fiesta.

Hermana, yo soy la fiesta. Solo que soy la fiesta en la que no quiero estar.


Hermana dice: << Por qué no vas a fiestas reales? Queda con tus amistades>> Claro, hago planes, pero no quiero ir. Hago planes porque sé que debería querer ir, sé que alguna vez me hubiera gustado ir, pero no es tan divertido ir a pasarlo bien cuando no quieres pasarlo bien, hermana.


¿Sabes qué, hermana? Cada noche el insomnio me levanta en brazos y me deja despierta intentando no mirar el móvil. El insomnio tiene esta manera romántica de hacer que la luna y mi gata sean las compañeras perfectas.

Mi hermana dice: <<prueba a contar ovejas>>. Pero mi cabeza solo cuenta razones para seguir despierta, así que doy paseos. Mis piernas cansadas, crujen sus huesos, tintinean como cucharas de plata sujetadas por manos frágiles, resuenan en mis oídos el ruido del día, recordando que estoy sonámbula en un mar de felicidad en el que no me puedo bañar.

Entonces mi hermana dice <<ser feliz es una decisión>>. Pero mi “felicidad” está vacía como una caja con agujeros para gusanos. “Mi Ser feliz” es una fiebre tan alta que va a estallar.


Hermana creo que cuando estaba mal aprendí a convertir la furia en soledad y la soledad en mantenerme ocupada. Cuando te digo que estuve muy ocupada, digo que estuve enfrente de la televisión sin atenderla, en el sofá para evitar el vacío de mi cama.

Aunque mi depresión siempre me arrastra a mi cama. Hasta que mis huesos son los fósiles olvidados de una ciudad cubierta de muertos vivientes. Mi boca un cementerio de dientes rotos por morderse a sí mismos. El auditorio de mi pecho se desvanece con ecos de latidos. Soy una turista despistada en mi propio lugar. Nunca sabré realmente donde he estado. 


Hermana dice que soy muy buena dándole importancia a lo insignificante y me pregunta de repente si tengo miedo a morir. ¡No! Tengo miedo de vivir. ¡Hermana, me siento desolada!

Pero mi hermana sigue sin entenderlo. Hermana, ¿es que no ves que yo tampoco lo entiendo?