Ya nada importa y hoy me he tomado el tiempo necesario para poder dejarte ir... y no lo conseguí. Este no es un e-mail que quiera mandar. Este es un e-mail que necesito enviarte. Una vez mas vuelvo a remover el pasado, que repaso con cuidado cada noche antes de dormir, incluso a veces sin darme cuenta durante el día, me salpican recuerdos por inercia, y sin querer.
Llevo intentando cerrar algo que bien sabes que nunca llegó a abrirse del todo. Pienso que tuve la fortuna de estar contigo de algún modo, aunque fuese por sólo por un momento. La vida nos dio la oportunidad de poder encontrarnos, me he quedado con las ganas de decirte que aún te quiero. Me he quedado con nada y todo un aprendizaje. Todas las noches durante estos meses lloro, a veces me enfado, incluso a veces intento quedarme simplemente con lo bueno y dejarlo pasar... ¿pero como dejar pasar algo así? ¿Como se hace? Realmente necesito ayuda, o necesitaba y ahora el error es incorregible, me prometo cosas que no puedo cumplir, y estoy aquí perdiendo el tiempo, una vez más, intentando dialogar con la sinrazón.
Han pasado ya muchos meses, casi medio año, que se dice pronto..., (pero es casi el mismo tiempo que recuerdo que todo fuera bien juntos), y es que desde que tu, la persona en la que mas había confiado en la vida hasta el momento, sin algún motivo, me había dado en la cara con las mentiras, una vez más, alguien que se quiere de forma irracional, me había mentido, cuando me habría apostado lo que fuera por encima de todo y de todos, sin tan sin quiera pensarlo, de que eso nunca iba a suceder porque "no era de ese tipo de persona". Podía imaginar cosas horribles, poniéndome en el peor de los casos, pero siempre me paraba los pies con ese mismo pensamiento, "él no es así". Tonta de mi, joder. A veces pienso que mi mayor miedo se volvió contra mi y que todo esto no tiene nada que ver contigo.
No trato de echarte las cosas en cara, trato de liberarme sobre todo a mi... porque necesito seguir con mi vida, y de verdad que me estoy esforzando, y de verdad que me apetece sentarme frente a ti sin tener nada que reprochar... pero es una carga, es un castigo, es un peso, que no me deja sonreír del mismo modo. Sé que nunca más volveremos a vivir un amor como ese y creo que ha llegado el momento de decir que a veces pienso que no lo di todo. Faltaron tantas palabras por dedicarte, palabras que aún conservo. Me faltaron muchísimos besos que nunca le he dado a nadie. Me faltaron tantos regalos, conocer a tu sobrino y gritarte lo que sentía. Me faltó despertarte con una llamada, sólo para decirte que te echaba de menos, me faltó quererte más, me faltó enamorarte, enamorarnos. Nos faltó seguir juntos, comenzar juntos,... o no sé.
No quiero que sientas compasión, tampoco quiero hacerte sentir mal, solo necesito una explicación, como pasaban los pensamientos por tu cabeza en todos los momentos claves... qué me dirías ahora, tan derrotada, tan humilde, tan yo, y es que esos momentos que tanto hemos hablado, pero que nunca me he quedado con las ideas claras.
Estar juntos, sentirnos libres y sobre todo, ser quien éramos sin que nos importaran los demás. Quererte me hizo bien, no lo dudo a la hora de saber que has sido importante para mi. Fuiste el único capaz de hacerme feliz en esos momentos y creo que no pude evitar sentir demasiado miedo. Era algo a lo que no estaba acostumbrada.
Poco a poco comencé a huir de ti, como si hubieses sido el culpable del dolor que sentía. Supongo que es inevitable, es lo que siempre hago cuando comienzo a amar profundamente. No me detuviste, tampoco me seguiste, simplemente me dejaste ser libre, escoger lo que quisiese. Incluso si nuestro momento nunca llegó, sé que fuiste justo lo que necesitaba en el momento que lo necesitaba. Eres el problema pero también la única solución.
No entiendo porque estoy en Suecia rompiéndome a pedazos. De verdad que no lo entiendo en absoluto, y me muero por salir a vivir mi vida de una puta vez.